Julian Assange: ¿Cómo afecta el aislamiento a la mente y al cuerpo?

Cualquiera que haya vivido la pandemia del coronavirus probablemente entendería que incluso un pequeño periodo de aislamiento puede causar estrés físico y mental.

El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, que ha regresado a Australia tras llegar a un acuerdo con el Departamento de Justicia de Estados Unidos, ha sufrido diversos problemas mentales y físicos durante los casi quince años que ha permanecido aislado.

Assange fue detenido por primera vez en Reino Unido en 2010 después de que las autoridades suecas dijeran que querían interrogarlo por acusaciones de delitos sexuales. Tras agotar las vías legales para detener una extradición a Suecia, en junio de 2012 entró en la embajada de Ecuador en Londres, donde permaneció siete años.

A principios de 2019, fue encarcelado por saltarse la fianza y recluido en la prisión londinense de Belmarsh, donde pasó la mayor parte de los cinco años siguientes luchando contra la extradición a Estados Unidos. Ahora, vuelve a casa.

Aunque no tenemos ni idea de cómo está sobrellevando Assange el haber estado encerrado durante tanto tiempo con pocas visitas, sí sabemos que el aislamiento puede tener un grave impacto negativo en muchas personas.

Cómo afecta la inactividad física a nuestro cuerpo

La actividad física es vital para la salud en general. Mantiene fuerte el corazón, ayuda a controlar el peso y fortalece los músculos y los huesos.

El ejercicio regular también mejora el estado de ánimo, reduce los síntomas de depresión y ansiedad y agudiza la mente. Además, refuerza el sistema inmunitario, haciéndolo más resistente a infecciones y enfermedades. Cuando no nos movemos lo suficiente, sobre todo si estamos aislados, la salud puede resentirse. Los músculos se debilitan y las articulaciones se agarrotan, con lo que perdemos fuerza y flexibilidad.

La salud cardiaca también se resiente, aumentando el riesgo de hipertensión, infartos y derrames cerebrales porque el corazón no recibe el entrenamiento que necesita. Problemas metabólicos como la obesidad y la diabetes de tipo 2son más frecuentes con la inactividad, sobre todo si no tenemos acceso a alimentos sanos.

El aislamiento a menudo implica menos aire fresco y luz solar, ambos cruciales para una buena salud. Una mala ventilación puede provocar problemas respiratorios. La falta de luz solar puede causar carencia de vitamina D, debilitando los huesos y el sistema inmunitario y aumentando el riesgo de fracturas.

Estos efectos encajan con los informes de que Assange sufrió una miniapoplejía en 2021 y una costilla rota por ataques de tos persistentes mientras estaba aislado.

¿Y la salud mental?

La desconexión social adopta dos formas principales, ambas con graves consecuencias para nuestra salud mental. La primera es el aislamiento social. Las razones para estar aislado son muchas y variadas, como la distancia geográfica, la falta de acceso al transporte o el encarcelamiento.

El resultado final es el mismo: se tienen pocas relaciones, roles sociales o pertenencia a grupos, y la interacción social es limitada.

La segunda forma de desconexión social es más invisible pero igual de perjudicial. La soledad es esa sensación subjetiva y desagradable de querer tener relaciones satisfactorias con los demás, pero carecer de ellas.

Se puede estar aislado y no sentirse solo, pero ambas cosas son a menudo indeseables. La conexión social no es un lujo. Es una necesidad fundamental, tan esencial para nuestra salud como la comida y el agua.

Al igual que el hambre nos recuerda que debemos comer, la soledad actúa como una señal que nos alerta de que nuestras relaciones sociales son débiles y deben mejorar si queremos mantenernos sanos.

La ciencia en torno a los e... https://www.nationalgeographic.com.es/ciencia/como-afecta-aislamiento-a-mente-y-cuerpo-caso-julian-assange_22657

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