Yoshitomo Nara: «Me gusta Goya porque es auténticamente español»>
Por las salas del Guggenheim Bilbao han pasado artistas japoneses de distintas generaciones, que cuentan con legiones de fans en todo el mundo. Es el caso de Takashi Murakami , que en 2009 inundó el museo con sus margaritas multicolores, o de la nonagenaria Yayoi Kusama y su obsesión por los lunares en 2023, quien, recluida desde hace décadas en un hospital psiquiátrico de Tokio, es una referencia del arte y la moda. A ellos se suma ahora Y oshitomo Nara, una estrella en su país y uno de los artistas asiáticos más cotizados en la actualidad. En 2019, su obra 'Knife Behind Back' (Cuchillo detrás de la espalda), de 2000, una de sus célebres niñas malencaradas, se subastó por 25 millones de dólares en Sotheby's de Hong Kong. Comisariada por Lucía Agirre y patrocinada por la Fundación BBVA, la exposición, su primera retrospectiva importante en Europa , ha sido organizada por el Guggenheim Bilbao en colaboración con el Museum Frieder Burda de Baden-Baden y la Hayward Gallery de Londres, lugares adonde viajará después. Reúne, del 28 de junio al 3 de noviembre, 128 obras (pinturas, dibujos, esculturas e instalaciones), realizadas en cuatro décadas: desde 1984 hasta 2024. La mayoría proceden de colecciones privadas de todo el mundo. Noticia Relacionada estandar Si Juan Ignacio Vidarte: «No voy a dirigir el Guggenheim Abu Dabi» Natividad PulidoAunque peina canas (tiene 64 años), Nara luce un aspecto muy rockero y juvenil: vaqueros, zapatillas de moda, camiseta con una calavera y su inseparable gorra. Saluda con la exquisitez 'made in Japan'. A lo largo de la conversación (apenas veinte minutos), hay veces que nos sentimos como Scarlett Johansson y Bill Murray: perdidos en la traducción . Nara ofrece una imagen poco convencional de la infancia, no muy políticamente correcta. Le gusta subvertir. En Japón, los niños se consideran pequeños adultos. Niñas cabezonas traviesas con el ceño fruncido, grandes ojos (que concibe como «ventanas al alma»), miradas inescrutables y sonrisas amenazadoras, con posturas retadoras, insolentes, desafiantes. Algunas fuman e incluso esconden armas: un cuchillo, una sierra, pistolas... Una mezcla de inocencia y perversión , ternura y vulnerabilidad, valentía y rebeldía. Son adorables, ingenuas, pero inquietantes , dan miedo. Como 'Niña con el cuchillo en la mano', que en 1991 determina la evolución de su estilo. Con el tiempo, esas niñas se tornan más introspectivas, tiernas y melancólicas: aparecen con los ojos llorosos e incluso cerrados, y los colores se suavizan. Tres obras de Nara presentes en la exposición: 'Aporreando el tambor', 'Niña con baquetas' y 'Niña con guitarra' EFELa estética 'kawaii' (lo mono, lo cuqui) ha invadido la cultura japonesa. Algunos definen las 'niñas Nara' como 'kimo-kawa' (asquerosas, pero monas) . ¿Son metáforas de sí mismo? ¿Una especie de autorretratos? «Hasta mediados de la década de los 90 fue así. Me fui a Alemania en 1988 y me quedé allí hasta el 2000. De repente, me encontré en un mundo donde no hablaba alemán y con una cultura totalmente diferente. Aquel ambiente me recordaba muchísimo a mi infancia, donde me encontraba muy solo. Sentía el frío y la oscuridad de la ciudad, como en mi tierra natal, y la atmósfera reforzó mi tendencia a separarme del mundo exterior». Sus cuadros, dice, «simbolizan a los débiles, los inocentes, los puros, pero ellos también tienen un fondo diabólico. El hombre es bueno, pero t odos escondemos ese fondo diabólico . Me preocupa ver cómo la sociedad cambia al hombre. En mi generación fuimos a la guerra. Hubo gente que tuvo que matar a gente. Gente con espíritu puro que se vio obligada a portarse mal». Nara nace en 1959 en Hirosaki , en la prefectura de Aomori (Japón). En los 80 viaja por Europa, donde descubre a Giotto, Piero della Francesca (los fondos de algunas pinturas semejan frescos), el impresionismo, el expresionismo, la Escuela de París... «Ver las cosas desde el Monte Fuji es completamente distinto a verlas desde el Everest», dice. En 1988 se marcha a Alemania . Su primera idea era ir al Reino Unido, pero resultaba muy caro. Primero va a Düsseldorf, donde estudia en la Kunstakademie; después a Colonia, donde vive de 1994 a 2000. En 1998, por recomendación del artista Paul McCarthy, es invitado como profesor visitante en la Universidad de California, donde coincide con Takashi Murakami. Deciden demoler su estudio, una antigua fábrica de algodón, y regresa a Japón.Una mujer pasa ante la obra 'Flor muerta remasterizada en 2020', de Nara AfpEn su infancia pasaba mucho tiempo solo, escuchando en la radio música norteamericana (conectaba con la emisora que oían las tropas de Estados Unidos en la guerra de Vietnam), cuyas letras no entendía, y garabateando dibujos en un cuaderno. ¿La sociedad japonesa no es inmadura? ¿Padece el síndrome de Peter Pan ? «Pienso que el pueblo japonés es pragmático, realista. Cuando llegó la moderni...
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