En un agujero en el suelo rezaba un templario

Es un restaurante, pero fue otra cosa: una cueva, un milagro, un misterio, una obsesión. Aquí a un hombre lo tomaron por loco, pero el tiempo le dio la razón a sus delirios. O al menos los alimentó como se alimenta el fuego.Y no eran pocos: aquí, todavía, se dan cita lo paranormal, el Cardenal Cisneros , el emperador Constantino , las flores, los deseos, las psicofonías, los templarios, los masones, la guerra y el revuelto de morcilla (buenísimo). Todo tiene su sentido si nos olvidamos de la lógica tal y como la conocemos. Pero no se preocupen: la Tierra sigue siendo redonda.El hombre se llamaba Armando Rico , y en una era de Titulcia encontró un agujero en el suelo. Sí, así podría empezar esta historia: en un agujero en el suelo el señor Armando encontró una vocación . No era un agujero cualquiera, era la entrada a una cueva antiquísima en la que había monedas de Rómulo y Remo amamantándose con la loba capitolina. Había una cúpula, también, como si allí se hubieran realizado ritos más o menos paganos, y las galerías eran tan alargadas que uno podía perder la noción del tiempo allí abajo. Así que el hombre…César Rico a la entrada de la Cueva de la Luna que encontró su padre en los cincuenta Guillermo navarroAbre la puerta César Rico (su hijo, 62 años, camiseta blanca, pantalones cortos, hace calor). Son las dos en punto de la tarde y la clientela, siempre fiel, espera su menú. Solo cuando termina la comida empieza el relato.« La Cueva de la Luna la descubrió mi padre, Armando , allá por los años cincuenta. Al principio no se le dio importancia porque en Titulcia aparecían muchos restos arqueológicos. Esta ciudad fue destruida hasta cinco veces, y era normal que te encontraras con construcciones antiguas, con monedas… Era fácil encontrar cosas, vaya. Como él era un hombre de campo, decidió dedicar la cueva a sembrar champiñón».Armando Rico descubrió la caverna en los cincuenta y un especialista dijo que era una cripta en forma de cruzEl cultivo, por lo que sea, no despegó, aunque las horas que pasó dentro no fueron en vano. En 1974 un alemán especialista en cavernas le contó que aquello era, en realidad, una cripta construida en forma de cruz , y Armando, que era aficionado a la arqueología, dio un pasito más (allá). «Empezó a decir cosas raras: que sentía energías, que era una construcción hecha por nuestros antepasados que nos mandaban un mensaje oculto que había que descifrar... La gente del pueblo no lo entendía. Decían: «Armando ha perdido la cabeza del todo»». Cálculos«Me tomaron por loco y me vinieron a buscar para llevarme al psiquiátrico de Ciempozuelos. Menos mal que el psiquiatra encargado de conducirme era culto y aficionado a estos temas. Cuando lo llevé a ver la cueva me comprendió y no pasó nada », contaba el propio Armando en mayo de 1982, en un reportaje publicado en ABC. El hombre estaba convencido de que su cueva escondía algún mensaje de carácter esotérico. Dedicó horas y horas al estudio y la indagación, hasta que dio con la primera clave. En un archivo de Toledo encontró un legajo en el que se afirmaba que en 1509 se había registrado un milagro en Titulcia: al Cardenal Cisneros, en su camino a la batalla de Orán, se le apareció aquí una cruz en el cielo , que él interpretó como un presagio de victoria. «Mi padre entendió que había una conexión evidente entre aquel suceso y su cueva», explica César. Luego llegarían muchas más conexiones.Noticia Relacionada Desastre en las Cruzadas estandar No Así se perdió para siempre la reliquia más importante de la Cristiandad Manuel P. Villatoro En 1187, un ejército franco que portaba la 'Vera Cruz' fue derrotado en los alrededores de Jerusalén por el sultán SaladinoArmando hizo sus cálculos y matematizó la magia, no sin poco esfuerzo. «Al dividir la circunferencia de la Tierra entre 360 grados nos da la cifra de 111; y dividiendo por lo mismo el diámetro de la Tierra obtenemos 35,40. Estas son las cifras claves, las que utilizamos como constantes y con las que nuestra cueva responde a nuestras preguntas con la voz misteriosa de los ritos celtibéricos. Mi conclusión es que se quiso hacer de Titulcia un símbolo hispano . Una gran cruz peninsular propia. O mejor: dos cruces: una material y otra espiritual», detallaba, con desparpajo universitario. Y concretaba: «La galería que marca la cruz espiritual sigue hasta el sur, dirección Orán-Roma. Si se multiplica la longitud de la galería por la constante 111 nos da el radio de la Luna; multiplicada por otra constante, 35,40, se obtiene la distancia a donde se le apareció la cruz luminosa al Cardenal Cisneros. Si se multiplica la circunferencia de la cúpula de la cueva por una de las constantes nos da la distancia a Orán. Y su diámetro, de 5,02 metros, multiplicado por el número pi nos vuelve a dar el radio de la Luna; y multiplicada por dos veces el valor pi nos da la distancia a Orán.... https://www.abc.es/cultura/agujero-suelo-rezaba-templario-20240728154918-nt.html

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