Manuel Gutiérrez Aragón: «Sigo teniendo pesadillas con no terminar una película o perder un guion»

Manuel Gutiérrez Aragón (Torrelavega, 1942) le ha cogido el gusto a escribir libros. Desde que en 2008 hizo su última película, ha publicado ocho. «Nunca esperé que fuera a hacerlo tan deprisa», comenta. Pero ahí está, a sus casi 83 años con esa misma energía con la que desde los años 70 fue encadenando películas. 'Demonios en el jardín', 'El corazón del bosque'... «Muchas veces he pensado que las películas que he hecho son de recuerdos, sobre todo las primeras. Y siempre me decían que tenía que ordenar mis recuerdos». 'Vida y maravillas' (Anagrama), el libro de memorias que acaba de publicar, es el resultado de esa introspección. «Lo he escrito como si fuera ficción, aunque todo lo que se cuenta es verdad, hasta el último detalle». El cineasta nos recibe en el salón de su casa, en penumbra por un problema con las persianas que trata de arreglar con la agilidad con la que hasta hace no tanto resolvía los obstáculos que le ponían cuando rodaba películas. Hecha la llamada, empiezan las preguntas.—¿A estas alturas, se considera ya más escritor que director?—Por muchas vueltas que le dé, uno siempre es director de cine. Puede ser que no hagas películas, pero director se sigue siendo. Yo todavía las pesadillas que tengo cuando sueño son de que no he terminado la película o que he perdido las hojas del guion. Nunca es que he perdido hojas de una novela. De vez en cuando me tientan con alguna oferta para una película, pero el cine exige un esfuerzo físico. Yo voy por los 83 años. El esfuerzo físico es mayor que el creativo. Estar ocho o doce horas acarreando un equipo es muy duro. Por el momento sigo con los libros.«Me fui del cine cuando me quedé sin mis actores, mis técnicos, mis montadores... Las cosas cambiaron»—Ahora se anima con unas memorias.—Me he pasado la vida contando historias desde pequeñito. Algunas veces a mis primos, a mis hermanos, y luego con el cine y ahora con la escritura. No he notado mucha diferencia entre escribir unas memorias o una novela. También se parece a escribir un guion en el sentido de que va de atrapar el interés del espectador. En eso es muy parecido. Solo que en la novela está uno tranquilo y en el cine trabajas con cincuenta personas. El cine, cuando empezó, copió la narración de la novela. Ahora son las series las que cada vez dependen más de una narración literaria. Nunca los guionistas fueron tan importantes. Los guionistas en el cine siempre han estado supeditados a la producción y al director. Ahora son los que mantienen una serie porque son los dueños de la historia. El director puede ser un señor que ordene cómo salen y entran los actores de la escena, pero no es el dueño de la historia.—En el libro cuenta que era un niño que leía mucho.—Cuando era niño la vida más importante era la vida imaginada, la que leía en las novelas, en Walter Scott, Julio Verne o Salgari. Era mucho más importante que la vida del colegio. 'Vida y maravillas' Autor Manuel Gutiérrez Aragón Editorial Anagrama Número de páginas 360 Precio 20,90 euros—También dice que la suya es una generación muy marcada por la guerra.—Casi todos éramos niños de derechas, teníamos una familia de derechas y fuimos evolucionando hacia la izquierda. Eso es muy decisivo en la vida. Mis primeras pesadillas eran que venían los rojos y me querían matar. Dimos el cambio de pasar de un mundo de tener miedo a los rojos a tener miedo a los fascistas que nos metían en la cárcel cuando éramos estudiantes. Ese cambio es importante, es un cambio de bando.—Se hizo comunista al llegar a la universidad.—Para todos nosotros, el Partido Comunista y la lucha contra Franco iban unidos. Como dice Tamames, nosotros comunistas, comunistas tampoco éramos. El PCE era un sitio donde cabía todo mundo. Muchos que luego se han ubicado entre la izquierda y la derecha han venido del PCE. En la universidad, más que ideología, encontré a compañeros, a amigos que me han acompañado en la vida. El antifranquismo era una camaradería que unía mucho. Luego ya eso con la democracia se acabó. Se podía volver a ser un lobo solitario, como es mi caso.«Las series se llevan ahora el dinero. La gente ve más series que películas, cosa que yo llevo mal»—¿Por qué vino a Madrid desde Santander?—Cuando vine a Madrid, lo que quería era escribir. Y lo más parecido a escribir era estudiar Filosofía y entrar en la Escuela de Periodismo, pero estaba cerrada porque había huelgas y me matriculé en la Escuela de Cine. El cine te sacaba de ti mismo, de tu soledad. En realidad, mis primeros pasos en el mundo del arte fueron en busca de compañeros, para abandonar la soledad de un niño de provincias que había estado enfermo. En cualquier caso, el descubrimiento del cine para mí fue tardío. Uno no sabía que las películas se fabricaban. Ese descubrimiento lo hice en la Escuela de Cine. Era un sitio muy especial.—¿Cuáles fueron sus maestros allí??... https://www.abc.es/cultura/manuel-gutierrez-aragon-sigo-pesadillas-terminar-pelicula-20240924185846-nt.html

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