Los problemas de los perros de hocico chato

Los perros braquicéfalos, conocidos por sus caras achatadas y ojos saltones, han ganado gran popularidad en los últimos años. Razas como los bulldog, el carlino o pug, el pequinés, el Boston terrier o el shih tzu son algunos de los representantes más conocidos de este grupo. Su apariencia tierna y expresiva los ha convertido en mascotas muy apreciadas, especialmente para aquellos que viven en apartamentos, gracias a su tamaño reducido y temperamento apacible.

Sin embargo, tras esa cara simpática se esconden a menudo numerosos problemas de salud que afectan a su calidad de vida. Estos perros presentan una morfología craneal anormal para los cánidos, caracterizada por un hocico muy corto y ancho: esto les provoca dificultades respiratorias, problemas digestivos, intolerancia al ejercicio, problemas para termorregularse e incluso complicaciones cardíacas derivadas del esfuerzo continuo que les supone el simple hecho de respirar.

Las razas braquicéfalas empezaron a surgir en una época en la que los conocimientos veterinarios no eran tan avanzados. A medida que se ha estudiado más este fenómeno, veterinarios y etólogos han comenzado a alertar sobre los riesgos éticos y sanitarios de seguir fomentando la crianza de razas con rasgos extremos, con algunos estados como Noruega y Países Bajos que han prohibido su cría por motivos de bienestar animal.

¿Qué problemas provoca la braquicefalia?

En la familia de los cánidos, a la que pertenecen los perros, la gran mayoría de especies tienen un hocico alargado. La braquicefalia (cuyo nombre significa, precisamente, “cabeza corta”) es una condición que normalmente sería considerada una malformación, ya que la parte superior del cráneo está “chafada” respecto al resto, lo cual dificulta funciones básicas como la respiración. En la naturaleza, un animal braquicéfalo tendría muchas menos posibilidades de sobrevivir.

Sin embargo, en el caso de los perros, esta característica se ha seleccionado mediante la cría selectiva por cuestiones estéticas, sin tener en cuenta las implicaciones en la salud del animal. Los perros braquicéfalos presentan al menos una (y frecuentemente varias) de estas características anatómicas: estenosis de los orificios nasales (con narinas muy estrechas), paladar blando elongado que obstruye parcialmente la laringe, una mandíbula superior desproporcionadamente corta respecto a la inferior, y una tráquea más estrecha de lo normal.

Esto anatomía les genera un esfuerzo continuo para respirar y deriva en diversos problemas de salud, principalmente asociados con el aparato respiratorio. Esto es visible en los ruidos que hacen al respirar, como ronquidos y jadeos intensos, semejantes a los que emiten los cerdos. Sin embargo, esos sonidos que algunos encuentran adorables en estas razas no son naturales. Este problema suele ir acompañado de otro, el colapso laríngeo: esto sucede cuando la laringe no puede mantener las vías respiratorias libres de saliva y otras secreciones, lo que dificulta aún más la respiración.

Este esfuerzo se agrava con el ejercicio, el calor o la excitación, lo cual puede poner en riesgo su vida incluso en situaciones cotidianas, especialmente durante los meses de verano. Debido a la limitada ventilación de las vías respiratorias, estas razas son propensas a sufrir golpes de calor con facilidad y tienen problemas para rebajar su temperatura corporal, ya que los perros no sudan y el jadeo es su manera de eliminar el exceso de calor corporal.

Más allá de las complicaciones respiratorias, muchos perros braquicéfalos también sufren trastornos derivados de su morfología craneal. Los más frecuentes son de tipo digestivo, como vómitos, regurgitación o dificultad para tragar: esto se debe en parte a la presión que ejercen los músculos respiratorios sobre el sistema gastrointestinal al tener que trabajar más de la cuenta.

Estos problemas se ven agravados por el hecho de que la mandíbula superior de algunas razas, como los bulldogs, es deproporcionadamente corta respecto a la inferior, lo que les complica masticar correctamente. Finalmente, el hecho de tener exoltamia, es decir, los ojos saltones (una condición secundaria de la braquicefalia) les provoca también problemas oculares, como infecciones, úlceras corneales o dificultad para cerrar los párpados completamente.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Quién torea hoy, domingo 1, en las Ventas de Madrid por la Feria de San Isidro: cartel, horario y dónde ver gratis en televisión y online