Por qué deberías tener una radio de transistores y un teléfono fijo analógico

Cuando la luz se apaga y el mundo moderno queda suspendido en un silencio inesperado, resurgen héroes olvidados: las radios de transistores y los teléfonos fijos analógicos

El reciente apagón eléctrico que oscureció buena parte de España no solo dejó calles sumidas en la penumbra, sino también a millones sin Internet, sin móviles, sin noticias. Y en ese vacío, quienes poseían estos dispositivos ancestrales encontraron una chispa de conexión vital.

Mientras las redes móviles se desvanecían y los routers domésticos morían sin corriente, los pequeños transistores, alimentados por discretas pilas, mantenían vivas las voces de las emisoras

Igualmente, los teléfonos que dependían de antiguas líneas de cobre seguían zumbando suavemente, capaces aún de tender puentes entre hogares aislados. Aquel día, como si se tratase de un viaje en el tiempo, quedó demostrado que la tecnología de ayer aún tiene mucho que ofrecernos.

LA RADIO

La radio de transistores, esa fiel compañera de épocas más simples, cobró nuevo sentido en medio de la emergencia. En ciudades como Madrid y Murcia, no fue extraño ver largas filas de ciudadanos en busca de estos dispositivos, agotando existencias en cuestión de horas. Las emisoras, respaldadas por generadores de emergencia, se convirtieron en el faro que guiaba a la población a través de la incertidumbre.

 

Su funcionamiento, tan sencillo como ingenioso, descansa en la capacidad de los transistores para amplificar y conmutar señales eléctricas. Esta tecnología, compacta y eficiente, permite que las radios funcionen sin depender de la red eléctrica general, con tan solo un par de pilas en su interior. Un diseño robusto y una mecánica intuitiva que han sabido resistir el paso de los años

A diferencia de los sofisticados dispositivos actuales, sobrecargados de microprocesadores y dependientes de complejos sistemas operativos, una radio de transistores puede seguir funcionando décadas después de haber sido fabricada, con apenas un cambio ocasional de pilas y, en algunos casos, una ligera limpieza de sus contactos. Su mecánica intuitiva —un dial para sintonizar, un botón para encender y regular el volumen— las convierte en aliadas ideales en momentos donde la simplicidad se traduce en supervivencia.

EL TELÉFONO

Por su parte, los teléfonos fijos analógicos, conectados a líneas tradicionales de cobre, se mantuvieron operativos gracias a un detalle técnico fundamental: reciben alimentación directamente desde la central telefónica

La diferencia esencial frente a los modernos terminales de fibra óptica —brillantes pero vulnerables— radica en esta independencia energética. Los teléfonos analógicos no necesitan routers, ni transformadores, ni complejas infraestructuras domésticas para funcionar. Todo lo necesario les llega a través de un simple par de cables, transportando tanto la corriente como la voz, en una sinfonía de señales eléctricas de baja tensión que ni siquiera la caída de la red eléctrica puede silenciar.

El milagro técnico ocurre en un acto tan simple como levantar el auricular. Al hacerlo, se cierra un circuito eléctrico que consume una diminuta pero suficiente corriente enviada desde la central telefónica, activando el sistema de comunicación. De este modo, el teléfono se comporta como una resistencia controlada, capaz de enviar y recibir señales moduladas que, en cuestión de milisegundos, se traducen en la familiar voz del otro lado

En esencia, cuando el auricular se descuelga, el aparato se convierte en una resistencia que consume una pequeña corriente enviada desde la central. Una simplicidad estructural que, paradójicamente, garantiza su fiabilidad cuando más se necesita. 

Este apagón masivo ha sido una dolorosa pero necesaria llamada de atención: en tiempos de crisis, la resiliencia tecnológica no se mide en megabytes, sino en mecanismos básicos y fiables. Equipar nuestros hogares con radios de transistores y teléfonos analógicos no es un acto de nostalgia, sino un gesto de sabiduría preventiva.

https://www.nationalgeographic.com.es/ciencia/por-que-deberias-tener-radio-transistores-y-telefono-fijo-analogico_24876

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