¿Londres como Barcelona? El calor se recrudece en las grandes ciudades

El calor que oprime este 2025 parece no dar tregua, convirtiéndose en una sombra persistente sobre el asfalto urbano. Pero este no es un fenómeno aislado ni una simple ola pasajera. Ya en 2019, un estudio pionero publicado en PLOS ONE dibujaba un inquietante mapa de lo que podría ser el mundo urbano en 2050: ciudades europeas transformadas en reflejos térmicos de urbes muy alejadas en latitud y clima. 

Madrid, por ejemplo, podría asemejarse a Teherán. Londres, sorprendentemente, a la Barcelona actual. Hoy, con los últimos récords de temperatura acumulándose como hojas secas antes del incendio, es necesario volver la vista a ese estudio y preguntarnos: ¿vamos camino de ese futuro... o lo estamos alcanzando demasiado pronto?

El informe liderado por la Universidad ETH de Zúrich comparó 520 ciudades del mundo y anticipó cómo cambiaría su clima si no se reducen drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero. 

Según los modelos utilizados, para 2050, más del 77% de las ciudades del mundo experimentarían un cambio climático tan drástico que tendrían condiciones propias de otra zona climática. En otras palabras, el clima no se transformaría gradualmente sino que saltaría a otro sistema completamente diferente. En ese escenario, Madrid viviría veranos tan secos y calurosos como los de Teherán, y Londres compartiría los sofocos estivales con la Barcelona de 2019.

 

Más allá de los modelos

Pero la realidad ha demostrado ser menos paciente que los modelos. En los últimos tres años, el aumento térmico global ha acelerado su paso. Según el informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), estamos en la antesala de un quinquenio con temperaturas récord sin precedentes. 

La OMM alerta que hay un 80% de probabilidades de que al menos uno de los próximos cinco años supere el umbral de calentamiento de +1,5 ºC respecto a la era preindustrial. En 2023 y 2024 ya se registraron los veranos más calurosos jamás medidos en Europa, con Madrid alcanzando picos térmicos similares a los que se preveían para mediados de siglo. Si esto continúa, el Madrid de Teherán podría llegar antes de lo previsto... o quizá ya haya llegado.

Y Londres no se queda atrás. En julio de 2022, la capital británica registró por primera vez temperaturas por encima de los 40 ºC, algo que incluso los climatólogos consideraban improbable hace apenas una década. Aquel calor extremo causó estragos en las infraestructuras, incendios urbanos y colapsos en el transporte. 

¿Es razonable el escepticismo?

La investigadora Lucía García ha reflexionado sobre la fiabilidad de los modelos climáticos urbanos y plantea dudas razonables sobre si escenarios como el del estudio suizo se están cumpliendo literalmente. Su artículo plantea que el microclima urbano y otros factores pueden alterar o incluso exacerbar esos cambios proyectados.

No obstante, los datos de los últimos veranos no dejan demasiado espacio para el escepticismo. En ciudades como Roma, París, Berlín o Lisboa, las temperaturas extremas se han vuelto rutina, y los inviernos, cada vez más suaves, diluyen las estaciones como si el año se estuviese licuando en un largo verano. 

Si en 2019 se hablaba de un horizonte de transformación para mediados de siglo, hoy podríamos estar viendo cómo ese horizonte se convierte en presente ante nuestros ojos. La adaptación urbana se convierte en urgencia: desde techos verdes hasta sombras artificiales, pasando por restricciones al tráfico o la renaturalización de barrios.

En este contexto, la alerta no solo es climática, sino también social y política. Las olas de calor tienen efectos desiguales: afectan más a las clases vulnerables, a los ancianos, a quienes viven en zonas sin vegetación o con viviendas mal aisladas. No hablamos solo de grados Celsius, hablamos de vidas humanas. Cada récord batido es una advertencia, y cada advertencia ignorada, una oportunidad perdida.

https://www.nationalgeographic.com.es/medio-ambiente/madrid-como-teheran-londres-como-barcelona-que-ciencia-dice-sobre-aumento-temperatura-grandes-ciudades_25160