Cada persona tiene un patrón respiratorio único, como una huella digital
Respirar es, en apariencia, lo más sencillo que hacemos. Una danza automática entre inspiración y expiración que sucede sin pedir permiso, unas 20 veces por minuto. Sin embargo, bajo esa aparente simplicidad se esconde una arquitectura cerebral de asombrosa complejidad, donde cada inhalación y cada exhalación no solo responden a las necesidades del cuerpo, sino también a los impulsos más sutiles del alma.
Ahora, una nueva investigación del Instituto de Ciencias Weizmann ha revelado algo tan intrigante como revolucionario: cada ser humano tiene un patrón respiratorio único, tan distintivo como su voz o sus huellas dactilares. Y no solo eso. Esos patrones podrían leerse como si fueran líneas de un poema invisible que revela, en clave íntima, lo que ocurre en nuestra mente.
El estudio, publicado recientemente en Current Biology, involucró a un centenar de voluntarios, algunos de los cuales fueron monitoreados durante más de dos años. A cada uno se le colocó un pequeño dispositivo portátil, diseñado especialmente para este experimento, capaz de registrar el flujo de aire por cada fosa nasal durante 24 horas seguidas.
Combinando los datos obtenidos con inteligencia artificial y herramientas de análisis estadístico, los investigadores lograron identificar al 97% de los participantes solo con su patrón de respiración.
Clave para nuestra salud
Este hallazgo no es menor. Lo que los investigadores descubrieron es que la manera en que respiramos no solo permanece estable a lo largo del tiempo, sino que refleja con notable precisión aspectos clave de nuestra salud, tanto física como mental. Los algoritmos fueron capaces de inferir indicadores como el índice de masa corporal, pero también niveles de ansiedad, de depresión y hasta tendencias conductuales.
Según la doctora Noam Sobel, una de las líderes del estudio, “al leer esos patrones, de alguna manera estamos leyendo la mente a través de la respiración”.
Este tipo de lectura invisible del cuerpo tiene una base científica muy sólida. El control de la respiración está regido por una vasta red cerebral que incluye estructuras en el tallo cerebral, como el complejo pre-Bötzinger, y conexiones que llegan hasta zonas corticales y subcorticales. Por eso, los investigadores partieron de una hipótesis poderosa: si cada cerebro es único, y si el cerebro genera los ritmos respiratorios a largo plazo, entonces la respiración también debe ser única.
Así fue el experimento
Para poner a prueba esta idea, no solo midieron las 24 horas de respiración en estado de vigilia, sino también durante el sueño. Y ahí aparecieron resultados todavía más enigmáticos. La respiración nocturna mostró ser mucho más asimétrica: las personas cambiaban de una fosa nasal a otra en ciclos poco predecibles. Aquellos con puntuaciones más altas en ansiedad experimentaban pausas más irregulares y aspiraciones más cortas mientras dormían.
Pero quizás la pregunta más inquietante que surge de este trabajo no tiene aún respuesta definitiva: ¿es nuestra respiración la que cambia porque estamos ansiosos o deprimidos, o acaso es nuestra respiración la que moldea esos estados mentales? La doctora Sobel no se inclina por una única respuesta, aunque reconoce que la segunda posibilidad es mucho más provocadora. Si así fuera, podríamos intervenir directamente en la respiración para aliviar trastornos como la ansiedad o la depresión.
Este enfoque es más que especulativo. Existen disciplinas enteras, como el pranayama en el yoga o ciertas terapias de respiración holotrópica, que se basan en esta intuición ancestral: cambiar cómo respiramos puede cambiar cómo nos sentimos. El estudio aún no prueba una relación causal definitiva, pero sienta un precedente riguroso para futuros ensayos en poblaciones con diagnósticos clínicos reales.
Por su parte, Timna Soroka, otra de las autoras del estudio, advierte que el potencial del descubrimiento apenas comienza a vislumbrarse. “La mente en vigilia y la mente dormida son muy diferentes, y, de hecho, la respiración durante ambas también lo es. Pero es esa diferencia la que podría darnos pistas aún más ricas sobre el estado interno de una persona”, señala.
En el fondo, este hallazgo podría inaugurar una nueva forma de biometría emocional, donde bastaría un breve registro del aire que entra y sale por nuestras narices par... https://www.nationalgeographic.com.es/ciencia/cada-persona-tiene-su-propio-patron-respiratorio-leer-esos-patrones-alguna-manera-estamos-leyendo-mente-a-traves-respiracion_25287
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