El calvario para recuperar una colección expoliada con un posible Goya
La familia Sicardo Carderera lleva más de un año lidiando con la burocracia del Ministerio de Cultura para que el departamento que dirige Ernest Urtasun acceda a restituir dos obras que se han localizado en las colecciones del Museo del Romanticismo. Los cuadros están identificados y reconocidos, la documentación ha sido aportada, según los abogados de la familia, pero el caso sigue bloqueado. «Nos cuesta comprender por qué», dicen desde Cremades & Calvo-Sotelo. Este despacho cuenta con un inventario de medio centenar de cuadros que en su día pertenecieron al coronel republicano José Sicardo y a su esposa Mariana Carderera ; entre ellos, obras que pudieron pintar Goya y Sorolla, y quizás algún Velázquez, Madrazo o Van Dyck. Pero los herederos no saben dónde se encuentran la mayoría de esas piezas ni a quién reclamarlas. Si recuperar las dos obras que Cultura ha admitido que tiene está siendo complicado, dar con el resto de la colección se plantea como un laberinto de difícil solución.El caso de los Sicardo Carderera ilustra como pocos las dificultades que plantea hoy la restitución de bienes incautados durante la Guerra Civil y el franquismo, pese al mandato de la ley de Memoria Democrática. El coronel Sicardo fue un militar que se mantuvo fiel a la República y estuvo casado con Mariana Carderera. El pintor y coleccionista Valentín Carderera era su tío bisabuelo. Ambos atesoraron una importante colección artística, que incluía un centenar de pinturas, una biblioteca de 2.500 ejemplares, un busto del general Weyler hecho por Benlliure, un bastón de mando de dicho general y objetos diversos como relojes, jarrones, tallas o piezas de plata. Cuando las tropas franquistas tomaron Madrid, el Servicio de Defensa del Patrimonio Artístico Nacional entró en Moreto 1, «casa propiedad de don José Sicardo, jefe militar rojo», como figura en el acta de incautación, y arrambló con todos los bienes. Mayo de 1939.Durante la contienda, el Gobierno republicano había creado la Junta de Incautación y Protección del Tesoro Artístico para custodiar el patrimonio en peligro, depositándolo en lugares seguros como el Museo del Prado. Tras la victoria franquista, se constituyó el Servicio de Defensa del Patrimonio Artístico Nacional (Sdpan), encargado de gestionar esos bienes. Pero, en lugar de devolverlos a sus legítimos dueños, muchos acabaron repartidos entre museos, instituciones públicas y colecciones privadas, en un proceso sin transparencia ni control. Noticia Relacionada Devolución de cuadros expoliados estandar Si Más allá de la foto de Urtasun: «Es insuficiente, queda mucho por hacer» Jaime G. Mora¿Dónde están hoy esas obras? La única administración que ha reconocido tener algunas es el Ministerio de Cultura; en concreto, una 'Fiesta goyesca' de Roberto Domingo Fallola y un 'Retrato de Doña María Cristina de Borbón' de Valentín Carderera, ambos en el Museo del Romanticismo. El resto de la colección Sicardo Carderera fue a parar a otras instituciones y manos privadas. Arturo Colorado , investigador de referencia en esta materia, ha localizado cinco pinturas en la Catedral de Segorbe, tres en el Ministerio de Hacienda, una en el Museo de Bellas Artes de Asturias, tres en el Real Conservatorio de Música y un posible Goya temprano que habría acabado en un convento de clausura. La biblioteca fue entregada en julio de 1939 a la Universidad Complutense de Madrid, donde permanece en la actualidad. En total, hubo entre 15 y 17 destinatarios. Una de ellas fue la falsa marquesa de Arnuossa , que consiguió dos obras de la familia. Jurando por Dios y prometiendo por su honor, llegó a hacerse con 72 lotes incautados a otras víctimas. Colorado define a María Teresa Álvarez y Herreros de Tejada como una «acaparadora profesional».Cultura ha localizado en sus fondos dos cuadros incautados: un 'Retrato de Doña María Cristina de Borbón' de Valentín Carderera y una 'Fiesta goyesca' (en la foto) de Roberto Domingo Fallola ABCSi hoy los herederos tienen esta información es gracias al trabajo de investigadores, no a la voluntad del Estado. Y eso que la ley de Memoria Democrática, en vigor desde 2022, reconoce el derecho a la reparación integral de las víctimas de la dictadura, incluyendo el reconocimiento del expolio económico. La ley daba un plazo de un año al Estado para elaborar un inventario de bienes incautados; pero, hasta la fecha, el único ministerio que lo ha hecho público ha sido el de Cultura , y con ocho meses de retraso. También recogía la obligación de desarrollar un reglamento en seis meses, pero el Ministerio de Memoria Democrática aún no lo ha aprobado. Las pocas restituciones que se han aprobado esta legislatura han sido posibles gracias a un informe de la Abogacía del Estado que habilita la vía civil para ejecutarlas.Cremades & Calvo-Sotelo, el despacho que representa a los ocho herederos de la familia Sicardo Carderera, presentó en abril d...
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