El nuevo normal

Hay una novela de Mark Twain a la que vuelvo a menudo. El Pretendiente Americano es divertido por dos razones. Fue dictado en 1892 por el escritor en un dictáfono en un esfuerzo pionero por capturar la espontaneidad de la palabra hablada en la literatura. Twain se jactó de ser el primer autor de la historia en hacerlo. El resultado es un poco torpe, pero divertido.

La segunda razón que me atrae de este libro tiene más que ver con el artículo de portada de nuestra edición de abril. En la introducción, Twain anuncia con pompa – no sabría hacerlo de otra manera – que no utilizará la meteorología como muleta en la novela para ralentizar el ritmo narrativo y distraer al lector. «En este libro no encontrarás el clima», promete. Sin nubes amenazantes, sin lluvias melancólicas, sin calores sofocantes. Sólo acción y nada más que acción.

Sin embargo, cada vez es más difícil ignorar la meteorología y la paradoja moderna: cada vez hay más información científica acumulada sobre el cambio climático y, no obstante, estamos cada vez más sujetos a la crudeza de los fenómenos climáticos extremos. Los acontecimientos de Valencia el pasado mes de octubre fueron un cruel recordatorio de que la naturaleza conserva un poder abrumador, incluso en las regiones que se han preparado mejor.

En Europa, años sucesivos de temperaturas récord han producido veranos más secos que nunca e incendios forestales que preferiríamos olvidar. Los cambios en los patrones de precipitaciones provocan caos en las ciudades. Los tornados ahora ocurren con mayor frecuencia e intensidad.

En esta edición, a diferencia del libro de Twain, encontrará bastante información sobre el clima. No podría ser diferente, ya que tendremos que acostumbrarnos a un nuevo normal.

https://www.nationalgeographic.com.es/ciencia/nuevo-normal_24610