En el año 2012, un físico llamado Frank Wilczek , al que quizás conozcas por su premio Nobel, propuso una idea que a muchos les pareció irreal: ¿y si existiera un tipo de material que no sólo se organiza en el espacio como un cristal tradicional, sino también en el tiempo ? Es decir, algo así como un objeto que repite su estructura molecular no solo al mirar alrededor, sino también al mirar hacia delante en el reloj. En otras palabras, un patrón que se repite una y otra vez, sin que haga falta empujarlo o alimentarlo con energía. Durante muchos años, la comunidad científica tachó el planteamiento de Wilczek como idea imposible . Sin embargo, en 2016, alguien lo logró, convirtiendo a los cristales del tiempo en algo mucho más que una simple teoría. Pero, ¿qué son exactamente? ¿Cómo funcionan? Y, sobre todo, ¿por qué rompen una de las reglas más sagradas de la física? LOS CRISTALES DEL TIEMPO Todos hemos visto un cristal alguna vez: la sal, el azúcar, el cuarzo… Todos ellos son ejemplo...